domingo, 8 de noviembre de 2009

Vapores de noticias

Como caerse en medio del Atlántico en pleno Diciembre y eso que el vapor del baño que me acababa de dar salía por la puerta inundando el cuarto.

¡¡Petra!!

Petra Gerardo Yo Petra Gerardo Yo o, lo que fue igual en ese preciso instante, el más total sin sentido.

¿Conoces esa sensación en la que sabes que no has hecho nada pero imaginas lo que piensa el resto del mundo? Buh amigo, muy duro. Si las miradas matasen… créeme, Petra sería acusada de mi homicidio en primer grado. Pero no habló, yo tampoco. Cuando reaccioné me vi en el portal del edificio medio desnuda y con Petra sentada, a la par que anonadada, ante la narración del enunciado:

-Gerardo es mi hermano. Bueno, en realidad hermanastro. Resulta que mi padre tuvo un desliz con su madre años atrás pero no se quiso hacer responsable. Conoció a mi madre, eran felices, iban a tener una hija y, al nacer, se mudaron a Helsinki y no regresaron hasta 10 años atrás.-

-Caye… yo, no sé qué decir. Pensé… Pensé que… bueno, que habías caído como una más.-

-A punto estuve hace unas semanas pero… iba colocadísima y acabé con el camello del Oasis, follando por unos tripis y Gerardo se fue con Thais. Me enteré de esto el domingo pasado. Me lo contó mi abuela. Me he ido de casa Petra. Viviré con este gilipollas hasta que consiga hablar con Caetano. Arreglar las cosas y volver a vivir con él.-

-Thais está preñada. Preñadísima. Vas a ser tía. Gerardo es el padre.-

Poco sútil, las cosas claras cuando son importantes. Ella en estado puro.
Frío. Mucho frío. Escalofríos y pequeñas descargas recorrían mi cuerpo desde el talón a la cabeza. ¿Thais embarazada? ¿Gerardo padre? Eran demasiado jóvenes, demasiado insensatos. Ninguno de nosotros llevaba una vida socialmente aceptable. Nos caracterizaban los malos vicios, las sensaciones extremas. Fanáticos del caos ahora más perdidos que nunca.

¿Soluciones? A partir de hoy, la unión que nos hacía ser lo que éramos. La unión que nos sentaba bajo un árbol. Esa unión se hacía más fuerte.
El mundo tiene muchos precipicios y nosotros nos los comíamos todos.

-Volveré a casa. Le pediré el dinero a mi padre diciendo que es para mí. La reputación de la familia es lo primero y le urgirá limpiar el nombre antes del sábado. “La vuelta de la hija prodiga” dirá. Dios… necesito una raya.-

Petra no quiso ni mirar. He de admitir que alcanzar su velocidad cósmica de autodestrucción siempre nos había quedado muy a desmano pero, últimamente nos acercábamos con más rapidez de la que hubiéramos imaginado y probablemente deseado.
Pensaba en Vicens… en dónde estaría para devolverme las ganas de no darle importancia a nada, las ganas de coger sólo la copa de Jack, las ganas de no recurrir a tarjeta y billete, las ganas de querer como hacía ya meses que no quería.
Cerré los ojos. Caminé por la cuerda floja del alambre. Me tumbaron en la cama de Gerardo. Ya no escuchaba nada más que la dulce y soul voz de Petra susurrarme una de nuestras canciones. Yo… bajaba el telón. Hasta mañana, hoy… hoy no quiero ir de putas.

Thais, ¿Cómo ha pasado? Tu vida también es la mia.

C.

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