jueves, 26 de noviembre de 2009

Quien calla otorga

La culpa me comía por dentro… era como una polilla inquieta. Nada podía pararla.

Allí estaba Thais, tirada en la hierba, viendo pasar el tiempo, quizás esperando ser tragada por la misma tierra que yo estaba pisando. No imaginaba como debía sentirse… pero cada paso que daba hacia ella me costaba más… La culpa se había transformado ahora en una gran cadena de plomo que no me dejaba caminar…

Todos culpaban a Gerardo… Estoy seguro de que Tha no se acordaba de nada… y lo peor es que ya era demasiado tarde… Yo nunca pensé que un silencio pudiese traer una consecuencia como la que crecía ahora en su vientre. Demasiados baches amorosos e hijos de puta sueltos habían escrito la historia de Thais como para dejar que la pobre se hundiese más estando en mi mano la posibilidad de brindarle la ignorancia.
La ignorancia…

Si hubiese hablado antes… quizás Thais no estaría dibujando aquella tétrica imagen tirada en la hierba… o sí? Me vuelvo a decantar por la ignorancia…

Era hora… comenzaba la segunda parte del partido

-¿Qué tal cariño?

- Vic, cuatro semanas, no salen las cuentas. Gerardo no fue hace cuatro semanas, fue hace menos. Vicens, ¿dónde estábamos hace cuatro semanas?

- Estamos jodidos…

- Ya lo sé…lo sé. Por cierto, tengo que hablar contigo. Cayetana…Cayetana ha dormido hoy con Gerardo, la vi salir hace un rato de su casa, el cabrón ha hecho el pleno.

-Maldito hijo de puta…- Un fuego fatuo destrozó a la polilla que encerraba en mi interior… la culpa pasó a rabia; la rabia a impotencia… Había intentado hacer todo lo imposible para que ese cabrón nos dejase en paz. Me había dejado a mí mismo a la altura de una piedra y aún así ese desgraciado seguía saliéndose con la suya…

-Bueno Vicens… no es culpa tuya, tú ya hiciste bastante… Ahora lo que realmente nos tiene que preocupar es esto – Thais apuntaba a su barriga como deseando que no fuese la suya, que saliese corriendo al señalarla…pero seguía ahí. – Y por tu cara, no parece sorprenderte que esté de cuatro malditas semanas…

-En verdad no… - Troya empezaba a arder…

****Cuatro semanas antes…

Aquel ensayo era horrible. Estaba hasta los huevos, en realidad lo único que quería era tirármelo… joder cómo estaba… puff, y cómo estaba yo, la dichosa canela de la tarta de Cayetana había hecho más efecto del deseado; parecía que también Thais estaba igual…hiperventilaba la muy exagerada… La verdad, no podíamos ser más gráficos. O nos íbamos o la liábamos otra vez.

-Tha, yo no puedo más… o salimos de aquí o me echo encima…

-Ya te veo ya… serás cerdo

-¡Y tú qué! Podría hacerme un buen zumo de naranja en tus…

- Mierda, pensaba que disimulaba un poco…

-Vámonos en serio, ¿qué hacemos aquí?

Los conocimos ayer, era una de esas noches en las que todas se desperdigaron y al final quedamos sólo tres: Serena, Thais y yo. Acabamos desatadísimos, bailando ritmos imposibles y desgañitándonos la garganta con nuestras canciones. Podríamos haber sido más, pero desde luego mejor no lo pudimos haber pasado… Y al dolor horrible de pies que nos llevamos para casa le añadimos esa noche un par de teléfonos… Tha y yo claro, Serena no operaba así, ella iba a lo que iba, siempre directa al grano, prefería llevarse algo carnal, no un teléfono…
Los chicos tocaban en un grupo, estaban unos días en la ciudad. Eran músicos (o así hacían llamarse) despreocupados buscando algo de cariño y público complaciente que les regalase un puñado de aplausos. Como Thais y yo somos almas puramente caritativas, decidimos brindarles nuestro calor de público enajenado e ir a su ensayo al día siguiente.

A mí me gustaba Eloy y Thais parecía tener más que atracción por Joan…pero no podíamos más, o nos íbamos o se armaba, aunque con este calentón no sé ni siquiera si podríamos resistirnos el uno al otro por mucho respeto que hubiese en nuestra amistad.

Me decidí:

-Bueno Eloy nos vamos ya, que es tardísimo –grité desde lejos mientras Thais me asesinaba con la mirada.

Los chicos se acercaron:

-No os vayáis… acabamos ahora y nos tomamos unas cañas… Lo prometo!

Tha me miraba suplicante… la muy perra sabía que ponía la mejor cara de súplica del mundo, y se aprovechaba de ello y yo tenía como asignatura pendiente aprender a resistirla…Lo peor es que sabía cómo acabaría la historia…

A lo tonto, los musiquillos nos invitaron a cientos, miles de cañas… y acabamos un poco como preas benditas. Tocaba despedirse ya, pero era tardísimo y yo tenía la casa libre:

-Vic, anda vamos todos para tu casa… que está más cerca y estoy baldada- maldita borracha, siempre me liaba…

-¿No te importa? – Eloy me miraba con aquellos ojos de cielo… ¿cómo me iba a importar?

Me quedé inmóvil, buscado una respuesta coherente, pero antes de abrir la boca vi que Thais estaba intercambiando más que palabras con Joan y yo…Eloy se acercó para besarme.

Perdidos.

Desperté esa mañana con el sonido de un cinturón abrochándose y una puerta cerrándose… Parecía una orquesta en mi cabeza. Miré alrededor, el paisaje era desconcertante: cojines, sábanas, ropa… Thais como muerta, ultrajada en una esquina; yo estaba cerca con el edredón y los dos musiquillos ya eran aire… Les había faltado tiempo…

A mi lado una cutre y patética nota:

“Ha sido divertido esperamos veros en otra ocasión. Sois increíbles. Hasta la próxima!
Fdo. Eloy y Joan”

La nota ardía en mis manos…No salía de mi asombro. Tal cual. Se fueron por donde vinieron. Otra vez lo habíamos hecho mal… Habíamos sido otro puto polvo para ellos. Lo peor era que él me gustaba y a Thais le gustaba Joan aún más… estaba incluso ilusionada, y hacía tiempo que no la veía así…

Por suerte o por desgracia no se acordaba de nada más allá de las cañas. Thais no tenía por qué enterarse… estaba muy delicada últimamente con el tema amores, decirle que el tío que le gustaba “la folló y se fue” era algo innecesario…

****Miré a Thais, sus ojos negros escondían un brillo de decepción…

-No me habías dicho que estuvieron en tu casa… Me dijiste que sólo fuimos tú y yo. Que yo estaba demasiado borracha. ¡Joder Vicens! ¡Joder! Podría haber evitado esto. ¡Joder! Es que eres imbécil ¡Gilipollas de mierda! – nunca la había visto así…pero no le faltaba razón. Sus ojos eran una mezcla de Medusa y Patito feo. Se quedo quieta. – Entonces, es de Joan... – Silencio – Vicens, entonces es de Joan – más silencio, mirada baja - ¡¡Vicens!! ¡¡Contéstame!!

V.

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