Siempre he sido el puto hombro en el que todos se apoyaban; pero lo de ver a Vicens ahí subido realmente me superó...
A veces las cosas más absurdas se convierten en grandes soluciones, así que no se me ocurrió otra cosa que subirme ahí arriba con él y ponerme prácticamente a sollozar la canción de Defying gravity... entonces él me miró y sonrió diciendo: -no sería genial poder volar?
-Tranquilo, (dije volviendo en mí)esta noche te haré volar.
Edgar estaba desaparecido en combate..el muy hijo de puta, a saber que era lo que nos había pasado ese día para que Thais se pusiese así...Tuve que tirar de agenda y recordé a un colega del pueblo que ahora estaba por aquí. Se llamaba Martín, y éramos amigos desde pequeñitos...fumamos nuestro primer porro juntos, en la playa, lo recuerdo perfectamente, pero ahora habíamos tomado dos caminos muy diferentes: yo a consumir y él a conventirse en el mayor traficante de coca (de la buena) en toda Galicia.
Una llamada y conseguí reservar un garaje en pleno centro para hacer una fiesta, otra llamada y tenía a Martín en casa con un par de cervezas y una graaaan cantidad de coca.
Avisé a todos de la fiesta, pero Leo no aparecía, Thais todavía no estaba para jolgorios y Joan y Eloy pasaron olímpicamente de nuestro culo (y yo paso del vuestro también, conste). Así que finalmente fuimos a la fiesta Vicens, Ale, Caye, Raquel, Lidia, Selena, Martín, Miguel y yo.
Miguel, sí, aquel camarero tan mono...de aquellas no me lo había tirado, y esa parecía la noche perfecta...
Os podéis imaginar como transcurrió el principio de la noche...alcohol, drogas y música de la buena (no de la que le gusta a Raquel). Pero no satisfechos con sentirnos bien, o simplemente no tan mal, las cosas empezaron a enredarse...
Martín y Caye se pusieron a follar ahí mismo, delante de todos, en un sofá roñoso que nos habíamos traído de al lado de un contenedor, Vicens, en su línea bailaba como un loco alternando el baile con momentos de dormirse en pie, Lidi, Selena y Ale se enzarzaron en una discusión sobre lo que era o no era ser un moderno, Miguel estaba controlando la música, flipando un poco con todos ya que era de ahí el único que no se drogaba...
Echad cuentas, ¿quién falta?, no sé exáctamente como ocurrió pero Raquel y yo terminamos en el baño comiéndonos la boca como si no hubiese un final...en cuanto Miguel se dió cuenta de por donde iban los tiros esa noche, simplemnte desapareció.
Nunca me había sentido atraída por una mujer, de hecho estaba convencida de que tampoco me atraía Raquel; pero en ese momento la coca hablaba por mí.
Ahora bien, no tenía puta idea de las consecuencias que traería ese refriegue en el baño, yo no había sentido nada, sólo me divertía pero...¿y Raquel?
P.
Modo Gavela
Hace 12 años
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